El S&P Global Composite Purchasing Managers’ Index (PMI) llegó a 48,0 en julio, por debajo del 51,3 de junio. El resultado de julio marcó la lectura más débil desde junio de 2020. Como resultado, el índice cayó por debajo del umbral de 50,0 sin cambios, lo que indica un deterioro en las condiciones comerciales con respecto al mes anterior.
El deterioro general fue impulsado por un deterioro generalizado de las condiciones operativas, en parte debido a las consecuencias de la guerra en Ucrania: el PMI manufacturero llegó a 49,2 en julio, por debajo del 52 de junio, mientras que el PMI de servicios cayó a 49,2 en julio (junio: 52,4). Mayores vientos en contra económicos debido a la alta inflación, la crisis energética y los problemas de la cadena de suministro pesaron sobre la demanda, tanto interna como externa. No obstante, el empleo siguió aumentando; pero es probable que el ajustado mercado laboral comience a afectar al sector de servicios, ya que las empresas reportaron escasez de personal. En cuanto a los precios, los precios de los insumos se mantuvieron altos debido al aumento de los precios de las materias primas, la debilidad del euro y el aumento de las tasas de interés, así como una mayor masa salarial. Como resultado, la inflación de precios al productor se mantuvo alta a pesar de que la tasa de aumento cayó a un mínimo de cinco meses.
Paul Smith, director financiero de S&P Global Market Intelligence, comentó:
«Después de disfrutar de un impulso de crecimiento por la relajación anterior de las restricciones relacionadas con el virus, una colisión de varios vientos en contra en julio sirvió para empujar a la economía alemana a territorio de contracción por primera vez en 2022 hasta ahora».
Los panelistas en FocusEconomics Consensus Forecast esperan que la inversión fija aumente un 2,5% en 2022, 0,7 puntos porcentuales menos que el pronóstico del mes pasado. Para 2023, los panelistas prevén un crecimiento de la inversión fija del 3,7 %.