Los precios al consumidor subieron 1,50% en junio con respecto al mes anterior, por debajo del crecimiento del maíz de 1,70%. El resultado de junio fue la lectura más débil desde febrero. La moderación fue generalizada, registrándose menores presiones en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles y transporte.
La inflación subió al 15,6% en junio desde el 13,9% de mayo. El resultado de junio representó la tasa de inflación más alta desde marzo de 1997. Mientras tanto, la tendencia apuntaba al alza, con una inflación promedio anual de 9,2% en junio (mayo: 8,3%).
Rafal Benecki y Adam Antoniak, economistas de ING, comentaron sobre el panorama:
«Los oficiales de policía en muchos países están tratando de evitar los efectos de segunda ronda elevando las tasas de interés y endureciendo la política fiscal, incluso a expensas de una recesión económica. En Polonia, el ajuste del banco central viene con la relajación fiscal (estimamos una expansión fiscal de alrededor del 3 % del PIB en 2022), lo que hace que la combinación de políticas sea solo marginalmente restrictiva. Esto mantendrá un fuerte crecimiento del consumo, empeorando aún más la situación de la inflación”.
Los panelistas de FocusEconomics esperan que la inflación promedie 7,4% en 2022, 0,5 puntos porcentuales más que el pronóstico del mes pasado y 4,9% en 2023.